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La Columna de Daniel Sapia...

Uno de los temas de mayor controversia entre Católicos Romanos y Cristianos Evangélicos es, sin lugar a dudas, las variadas, permanentes y hasta (permítaseme) cuali-cuantitativamente inadecuadas manifestaciones de culto que los primeros profesan a la madre de Jesús, o para ser más precisos -aunque resulte una aclaración incómoda para ellos-, a quien ellos reconocen como "Santísima e Inmaculada Virgen María, Madre de la Iglesia, Reina del Universo, etc..."

Esto que he mencionado, y en general lo que en adelante exponga, en absoluto tiene la intención de menospreciar la fe y creencias del fiel católico, ni mucho menos el pretender ofender o menospreciar a nuestra amada y bienaventurada María, madre de nuestro Señor. Mi corazón abraza fraternalmente a las personas que creen y obedecen los dogmas y tradiciones de la Iglesia Católica Apostólica Romana, a quienes digo que este escrito no es un ataque a sus personas, sino por el contrario, es un intento de esclarecer lo que sea necesario para que todos tengamos la tranquilidad de estar caminando el buen Camino (Juan 14:6)

Es frecuente escuchar a fieles católicos argumentar que desde su Jerarquía de ninguna manera les enseñan a ADORAR a María, sino simplemente a tributarle respeto a través de lo que denominan "culto de hiperdulía". Esta práctica no comprende -afirman ellos- el "culto de latría" o adoración, que sólo corresponde a Dios.

Parados sobre esta premisa, la cual seguramente los fieles creen e indudablemente aceptan, la mayoría del pueblo católico romano ofrece a la Santísima Virgen María variadas maneras de CULTO, aunque con la plena convicción y certeza de que de ninguna manera la están adorando...

Ahora bien... ¿qué es lo importante, qué es lo que cuenta? ¿lo que ellos creen que hacen, o lo que verdaderamente hacen...? Dicho de otra manera, cuando alguien es juzgado por algún hecho cometido... el veredicto final... ¿depende de lo que el reo "cree que hizo" o de lo que VERDADERAMENTE hizo según determine quien tiene poder para condenarlo...? Creo que esto es para tenerlo muy en cuenta.

 

"El que me ama, mi palabra guardará.." (Juan 17,23)

Para todos aquellos que hemos tenido la dicha de ser padres, no nos costará mucho esfuerzo imaginar el sentimiento de desazón que viviríamos en caso de que quienes digan ser nuestros hijos coloquen a otra persona en el lugar que sólo nosotros, sus padres, merecemos ocupar en sus vidas. En este mismo sentido y llevando el tema a un plano más elevado... ¿qué pensará Dios cuando colocamos a una criatura, sin importar cómo llamemos a dicho acto, en el lugar que sólo a Él le corresponde? Y yendo más específicamente al punto central, si Jesucristo expresamente en la Escritura nos pide que acudamos a Él ("Venid a mi..." Mateo 11,28), el cual es el único Camino, Verdad y Vida (Juan 14,6), la Puerta por la cual ser libertados de la condenación (Juan 8,36; 10,9), el Buen Pastor (Juan 10,11), la Vid (Juan 15,1), etc...

¿Como lo considerará el Señor si nosotros, reconociéndonos como "cristianos", acudimos y nos CONSAGRAMOS ENTERAMENTE a alguien diferente a Él mismo...? Si el apóstol Pedro mismo, quien conociera personalmente a la bienaventurada María, afirmó.. -"¿A quién iremos Señor, tú tienes palabras de vida eterna..?" (Juan 6,68).., pues, ¿qué pensaría Simón Pedro de aquellos que haciéndose llamar Cristianos consagran sus ojos, sus oídos, su lengua, su corazón, en definitiva TODO SU SER y SU VIDA ENTERA a la Virgen María (una criatura)...? Y como si esto aún fuera poco... ¿qué pensaría Jesucristo si quien tal cosa hace es nada menos que... la persona que dice ser Su "Vicario" (sustituto) en la tierra?

"Totus Tuus"

(Todo tuyo)

Es por demás conocida la devoción y consagración que Karol Wojtyla (Juan Pablo II) profesa por la Santísima Virgen.

Dentro de su escudo personal colocó la letra "M" (de María), al cual rodeó con la frase "Totus Tuus" (Todo Tuyo).

 

"Este modo filial de tratar a María es el que sigue constantemente Juan Pablo II. Así, en su despedida de la Virgen de Czestochowa, oraba con estas palabras: "¡Madre de la Iglesia de Jasna Góra! Una vez más me consagro a Ti en tu materna esclavitud de amor: Totus tuus! ¡Soy todo tuyo! Te consagro la Iglesia entera, en todas partes, hasta los confines de la tierra.

Te consagro la humanidad; te consagro los hombres, mis hermanos. Todos los pueblos y naciones. Te consagro Europa y todos los continentes. Te consagro Roma y Polonia unidas, a través de su siervo, por un nuevo vínculo de amor. Madre, ¡acepta! Madre, ¡no nos abandones! Madre,
¡guíanos Tú!..."

(Alocución de despedida en el Santuario de Jasna Góra, 6/VI/79) -resaltados agregados-

http://www.encuentra.com/includes/documento.php?IdDoc=1861&IdSec=246

 

¿Enseño Jesús la necesidad, utilidad o conveniencia de exaltar, rendirle culto o consagrarse a María, Su madre? Al respecto puede darnos una idea sobre el particular lo registrado por el evangelista Lucas, cuando estando Jesús frente a una multitud, una mujer de en medio de ella pretendió exaltarla. Las palabras de Jesús SON MUY CLARAS para entender lo que el Cristo pensaba al respecto. Leamos esta porción de la Escritura:

"Mientras él decía estas cosas, una mujer de entre la multitud levantó la voz y le dijo: Bienaventurado el vientre que te trajo, y los senos que mamaste. Y él dijo: Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan.." (Lucas 11,27-28)

Si Jesús no lo enseñó (ni es mencionado en parte alguna de la Biblia)... ¿porqué entonces debería ser correcto algo que otros enseñan?

 

Sustituyendo a Cristo

En Argentina se puede ver por televisión, los Domingos a las 11:30 hs. (anteriormente comenzaba a las 11 hs.), un programa religioso de trasfondo católico mariano, que lleva el (sorprendente) título de "María Esperanza del Mundo". Semejante título... cuando jamás la Biblia siquiera insinúa que pueda ser María la "esperanza del mundo". La Escritura más bien afirma claramente que la esperanza del mundo es Jesucristo, EL CORDERO DE DIOS, "único nombre dado a los hombres en el que puedan salvarse.." (Hechos 4,12); o como dijera textualmente el mismísimo apóstol Pablo: "Cristo en vosotros, la esperanza de gloria..." (Colosenses 1,27); o a los de Tesalónica... "Damos siempre gracias a Dios por todos vosotros, haciendo memoria de vosotros en nuestras oraciones, acordándonos sin cesar delante del Dios y Padre nuestro de... vuestra constancia en la esperanza en nuestro Señor Jesucristo.." (1 Tesalonicenses 1,2-3); o a Tito: "Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres... aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.." (Tito 2,11-13); o el mismo Simón Pedro cuando dijera: "..estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros; teniendo buena conciencia, para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, sean avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en Cristo." (1 Pedro 3,15-16), por mencionar algunos ejemplos...

No hace falta decir que el desarrollo mariológico del programa está permanentemente dirigido a exaltar y alabar a la persona, dichos y hechos de la Santísima Virgen Reina del Cielo, en cualquiera de sus numerosas y variadas advocaciones.

Y como no podía ser de otro modo, al final de cada programa se recita la oración de CONSAGRACIÓN A MARIA, presentada solemnemente por el conductor del programa Sr. Enrique Moltoni y recreada en off por una voz femenina. He aquí lo que se proclama:

 

Ver en VÍDEO la Consagración recitada por TV

 

"Consagración"

¡Oh Madre, quiero Consagrarme a Ti!

Virgen María hoy Consagro mi vida a Ti,

siento necesidad constante de tu

Presencia en mi vida, para que me

protejas, me guíes y me consueles. Sé

que en Ti mi alma encontrará reposo

y la angustia en mí no entrará, mi derrota

se convertirá en victoria, mi fatiga en Ti

fortaleza es. Amén.

 

En esta CONSAGRACIÓN la Virgen ya no sería simplemente la "mediadora de las gracias", sino que -aparentemente- pasaría a ser la obradora de las mismas, pues a ella se le pide -"me protejas, me guíes y me consueles..." La pregunta que cae de madura es ¿Acaso puede María OBRAR milagros por si misma?, Pues, de acuerdo al expreso pedido del fiel en este rezo de Consagración, pareciera que si. Por lo menos es lo que creerían quienes repitieran esta Consagración.

Sin lugar a dudas el católico, entre los que se incluye -obviamente- a las personas participantes del programa televisivo mencionado, dirán que ellos no están adorando a una criatura, mucho menos poniéndola en el lugar que sólo le corresponde a Jesucristo. Para ellos, todas estas manifestaciones son "sólo signos de veneración y respeto"... No obstante resulta muy claro en qué lugar queda Cristo en todo esto... Sino, como muestra, basta ver al "Jesús" que representan en la imagen de fondo que le colocan a la plegaria de "Consagración": apenas un niño, inocente e indefenso, en manos de la EXCELSA E INMACULADA REINA DEL UNIVERSO....

 

Consagrándose sin saber muy bien a qué...

"En marcha con JESÚS"

... es el título de un Manual de Catequesis para alumnos de 7° grado de escuela primaria (12-13 años), editado en Argentina por los Hermanos Maristas en 1987. Y como dice en su misma contratapa (P.1): "...según la Programación de la catequesis para los Colegios Católicos, aprobada por la Conferencia Episcopal Argentina. Incluye las Formulaciones Catequísticas del Episcopado Argentino."

Pues bien, en su interior se recrea similar Consagración a la Santísima Virgen...

Arriba

Imprimatur ("Imprímase")

de la Iglesia. El texto fue aprobado por la Curia.

Izquierda

"Consagración a la Santísima Virgen" -reza el título- en manual de 7° grado de escuela primaria (12-13 años)

 

¿Habrán leído la Biblia los niños y niñas que son enseñados a declarar esta Consagración?

"Cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le fuera si se le atase una piedra de molino al cuello, y se le arrojase en el mar."

(Marcos 9,42)

 

También en el Catecismo católico...

"La Iglesia en la Santísima Virgen llegó ya a la perfección, sin mancha ni arruga. En cambio, los creyentes se esfuerzan todavía en vencer el pecado para crecer en la santidad. Por eso dirigen sus ojos a María" (LG 65): en ella, la Iglesia es ya enteramente santa." (CIC 828, resaltados agregados)

 

Conclusión

Simón Pedro, quien conociera a la bienaventurada María personalmente, le confesó a Jesús... -"Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.." (Juan 6,68). El apóstol Pablo declaró: -"Pablo, apóstol de Jesucristo por mandato de Dios nuestro Salvador, y del Señor Jesucristo nuestra esperanza..." (1 Timoteo 1,1). Y el discípulo amado Juan, quien conviviera con María desde la crucifixión misma (seguramente hasta su muerte), dijo: -"Y todo aquel que tiene esta esperanza en él [Jesucristo], se purifica a sí mismo, así como él es puro..." (1 Juan 3,3).

Pues bien, luego de las inconfundibles declaraciones de estos 3 adalides del Evangelio (Pedro, Pablo y Juan), ¿podría alguien imaginarse a un Simón Pedro "consagrando sus ojos a María", a un Pablo consagrando a María "su corazón y su vida entera" o a un Juan pidiéndole a María que "lo proteja y lo guíe", y a los 3 al unísono declarando que "la esperanza del mundo es María"...?

 

Cada cual es libre de hacer lo que considere correcto: obedecer a Jesús, como Pedro, Pablo y Juan, u obedecer lo que la Iglesia de Roma propone y su Pontífice practica...

 

Jesús dice:

"Venid a mi..."

(Mateo 11,28)

 

¿Tú, a quién estás yendo..?

 

. . .

 

Esto que aquí ha sido expuesto jamás ha tenido la intención de menospreciar la fe de quienes realizan el programa televisivo y/o la del honesto fiel católico que adhiere a la proclama, ni mucho menos el pretender ofender o menospreciar a nuestra amada y bienaventurada María, madre de nuestro Señor. Las bases de nuestra fe son algo sumamente trascendente e importante como para dejarlas libradas a suposiciones, pareceres, filosofías místicas o tradiciones incomprobables. Sin siquiera sospecharlo podríamos estar siguiendo caminos desagradables a Dios, aún incluso a través de actitudes y prácticas aparentemente rebosantes de "religiosidad".

Alguien que será juzgado tiene todo el derecho de considerarse "inocente"; no obstante la única opinión válida será la de Aquél que posee el poder, cuando llegue el momento, de condenar o absolver. El justo Juez YA NOS HA HABLADO en Su Palabra. Cada cual es libre de creerle y obedecerle, o de presumir de inocencia hasta el Día del Señor, en donde el mundo será juzgado con perfecta Justicia (Hc 17:31).

Es mi anhelo profundo que lo expuesto sirva de reflexión para edificación espiritual en Cristo, permitiéndonos comprender que las prácticas idolátricas están más cerca del corazón de lo que muchos suponen.

 

¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?

Lucas 6:46

 

 

 

Bendiciones en Cristo

Daniel Sapia